Sembrar la Luna: Dar vida espiritual, psíquica, creativa.

Por Rosabella Indriago, Guía Mujer Lunar

 

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“Imagina que cuando sangras con la Luna eres capaz de usar todos los poderes psíquicos

que se abren y se hacen accesibles a tu mente …”

Vicky Noble, Shakti Woman

 

¿Alguna vez te has detenido a pensar todas las similitudes que existen entre la luna y tú como mujer?

 

  • La luna afecta todos los cuerpos de agua en el planeta tierra, por ejemplo en luna llena sube la marea, nuestro organismo está hecho de 70% de agua aproxidamente, es decir, que la luna también ejerce mucha influencia en nuestro cuerpo.
  • La luna cumple ciclos de 28 días, nosotras también somos cíclicas, cada mes experimentamos cambios, menstruar es el más importante de ellos (que también sucede a los 28 días aprox.)
  • Los cambios en la luna representados a través de las fases lunares que se pasean en el cielo afectan nuestro estado de ánimo, en cada fase experimentamos ciertas fuerzas e impulsos que han de ser atendidos.
  • La luna es el símbolo que mejor representa a la mujer, a la Diosa, a lo Femenino desde siempre, desde la antigüedad y nuestras ancestras lo sabían

 

Inicialmente la mujer acoplaba todas sus labores con sus ciclos menstruales, sin dejar de observar cómo la luna les daba la pauta, los períodos de siembra, de rituales y otras actividades importantes en sus comunidades se regían por la sabiduría y la naturaleza creativa femenina. Las mujeres respetaban su menstruación, se guardaban en el estuche de la pasividad-recepción, ahí encontraban todas las respuestas, no se forzaban, no se agitaban, sabían que eran sus días de poder y hacían de su sangre magia pura, retornando a la tierra el amor que llegaba a ellas a través de ese cáliz llamado útero.

Después en la época patriarcal se olvidaron de su poder cuando eran apartadas de la tribu o de su comunidad por menstruar, por considerarlas impuras durante su ciclo menstrual; los cazadores de pueblos antiguos aislaban a las mujeres en este período por presumir que su sangre podría contaminarlos, además de creer que la sangre atraería más animales y podrían ser atacados por ellos, desconociendo que en la vasija donde habitaba esa sangre que rechazaban, habitaron ellos por 9 meses y habitarían todas sus generaciones.

Nuestro líquido sagrado es la maravillosa prueba de que somos mujeres, es la única sangre que no se derrama en guerra, es lo que nos distingue de nuestro compañero de vida y es aún más mágica la interrupción de ese ciclo tintado de rojo, para dar vida, para gestar durante 40 semanas. NUESTRA SANGRE MENSTRUAL NOS RECUERDA QUE TENEMOS LA DICHA DE DAR VIDA, en todos los sentidos: hijxs biológicxs, pero también hijxs creativos, espirituales, psíquicos.

En la actualidad el uso de tampones, de toallas desechables bloquea nuestra conexión con la madre tierra, son recursos innecesarios que  enfatizan la negación al divino proceso de devolver vida al universo del que somos parte y con el que fluimos constantemente. La menstruación ha sido vista como un proceso tedioso, nos han hecho creer que ser mujer debe doler, debe avergonzar, resta fuerza, sin embargo, es necesario desmentir todo lo que pueda obstaculizar el camino hacia el despertar de las energías creativas, energías de donde brota vida, esa que nos ayuda a autosostenernos y descubrir la maravillosa noticia de que amarse con los ojos abiertos siempre nos permitirá desaprender todas las conductas que nos puedan hacer presas de un sistemas patriarcal obsoleto.

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LA SIEMBRA

Nuestra sangre es un poderoso bálsamo que nos permite sanar nuestra relación con nuestro linaje femenino, con nuestras ancestras, por ello en la antigüedad la utilizaban para borrar manchas de la piel, se la ofrecían a los dioses en copas y en cáliz.

Te invitamos a visualizar cómo la sangre que te ofrece tu vulva cada 28 días limpia tu cuerpo, recógela en copas de silicón o en toallas de tela y viértela en una jícara para ofrendarla en señal de honra y gratitud en la tierra: siémbrala como una semilla con potencial total para transformar realidades, para sanar tu vida y aportar un rezo de sanación por la vida de otras mujeres y hombres.

Imagina cómo cada vez que siembras tu sangre, cuando riegas tus plantas retornas a la Madre Tierra la sabiduría que ella te otorga a través de tus ciclos divinos y cómo te hace saber cada 28 días que también eres sagrada y poderosa. Las mujeres que siembran su luna, cosechan sabiduría, despiertan su intuición, suelen vivir ciclos más regulares y saludables y en el proceso siempre sienten el impulso de hacerlo distinto a como de costumbre para amarse y respetarse más, a comer saludablemente, a elegir mejor sus parejas porque empiezan a entender que su útero es un cuenco al que sólo debe tener acceso un hombre que sepa la grandeza de los misterios femeninos y que aun desconociéndolos los ame tanto para dar más vida a la mujer que ha elegido y dar vida a través de su vientre que posee tanta sabiduría.

Si antes las mujeres eran obligadas a sentir vergüenza por su sangre  y a inclinar la cabeza por ello, ahora podemos inclinarla en señal de ofrenda y honra a las mujeres que nos precedieron: ¡coloca pétalos en la tierra donde vayas a sembrarla, enciende velas e inciensos y celebra el hecho de tener útero, sangre, vulva, un cuerpo para dar vida y ser amada!

 

ORACION PARA SEMBRAR LA LUNA

Yo (tu nombre)… invoco mi gran poder de diosa, niña, madre, sacerdotisa, hermana, hija, compañera y abuela, a través de mi sangre lunar sagrada para sanar, para despertar y amar infinitamente.

Pon tu rojo rubí sobre mi corazón para recordar los saberes milenarios y la belleza que hay en mi interior para hacer florecer en los jardines de mi palabra y mi caminar.

A  través de esta siembra, une mis hilos con el vientre de la Pachamama para fortalecer mis raíces. Purifica y fortalece mi alma y cuerpo; lléname de vigor y vida, fecunda los sueños que guardo en mi interior y eleva mi consciencia para que seamos una en la unidad y así forjemos una nueva mujer.

Gracias madre y padre por bendecirme con mi sangre luminosa y por tener un viente sagrado, dador de vida en todos los sentidos, y resonante con el universo. Así sea”

MISTERIOS FEMENINOS

Sangre menstrual, leche y menopausia son los líquidos con los que danzamos mientras vivimos siendo mujeres. Cuando vemos las primeras gotitas de sangre en nuestra vulva sabemos que podemos dar vida, cuando vemos leche brotar de nuestros pezones sabemos que podemos ayudar a sostener y a crecer, y cuando ambas se ausentan en la menopausia sabemos que hemos amado. Si estás en la etapa de la menopausia, viendo en retrospectiva todo el amor que tu cuerpo ha entregado, riega tus plantas cada 28 días, aún tu útero tiene ciclos, es su energía natural, de esta manera sigues en conexión con la divinidad y con tu feminidad.

Ya que no puedo regresar a mis ancestras; a mis abuelas que ya no están, a mis tías que están lejos, a mi mamá que me ha dado tanto, hoy decido sembrarlas con mi sangre y verlas florecer, inclinarme ante ellas mientras veo como asienten a mi gratitud de darme vida en su vientre… Y que de esa tierra renazcan todas las flores posibles, una por cada mujer que me ayudó a venir al mundo; y así enseñarle a mis hijas, a mis yernas, a mi suegra, el jardín de mis amores.

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Carpa Lunar / La Mujer Lunar 2016,  es permitida la reproducción de este texto sin fines de lucro y respetando en todo momento la autoría del mismo citando: Sembrar la Luna: Dar vida espiritual, psíquica, creativa por Rosabella Indriago, Carpa Lunar – Septiembre, 2016

Esta entrada tiene 5 comentarios

  1. Laura Cecilia

    muy lindo ir entendiendo a tarves de este tipo de textos, de informaciòn, lo importante que son los ciclos de la Naturaleza y de la mujer a traves de la menstruacion. Me gustaria mas especifidad en cuanto a usar la sangre mesntrual en la tierra.

  2. Carmen Yolanda Pérez

    Hermoso! Que emoción tan maravillosa sentí al leer este texto. Me reconocí en él

  3. Valentina

    Gracias por brindarnos conocimiento a través de sus textos..
    Honro nuestras aguas; Bendigo nuestros cuerpos, llenos
    de poder y de sabiduría.
    Que así sea.

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