Júpiter en Escorpión: Mirar lo excluido en el corazón.

Arte: Peter Engelhardt

Cuando dejamos de nombrar… olvidamos, y cuando olvidamos y excluimos del corazón, comenzamos a enfermar. 

 

El aguijón 

Júpiter entró en Escorpión el 10 de octubre de este 2017. Júpiter en la astrología chamánica representa al Gran Maestro, el Benefactor que sabe conducirnos con corazón por el camino que nos liberará más rápidamente de nuestros condicionamientos y que nos ayudará a evolucionar con maestría. Donde Júpiter pisa hay expansión. Y esto que se expande se encuentra afuera y dentro nuestro, en sinfonía de luz y también, de sombra, esto nos permite ver con lupa las áreas de nuestra vida que requieren de nuestra maestría y consciencia. Escorpión agudiza la oportunidad de mirar lo que no había sido mirado, lo que estaba en secreto.

La última vez que Júpiter estuvo en Escorpión fue en el 2006. Pregúntate qué área de tu vida se expandió en ese año, qué logros obtuviste y qué sueños devolviste realidad. Pregúntate si a tu vida llegó un maestro terrible, en forma de pareja, padre simbólico o proyecto que te hizo mirar alguna herida abierta y te enseñó acerca de tu maestría personal.

Mirar aquel momento desde nuestro aquí y ahora nos permite primero: darnos cuenta que nuestro aquí y ahora es distinto, que otro maestro -Saturno- nos ayudó a desarmarnos por completo en nuestras ruinas internas desde 2012 a 2015, colocando el interés de la consciencia en lo que sí queríamos construir en la profundidad de nuestro corazón. Y segundo: con esta área de nuestra vida liberada, una tabula rasa, es que llega Júpiter para expandir un potencial que nos habita como un fuego en la profundidad de nuestras aguas, como un loto que es luz y que sobrevive en eso que antes llamamos “sombra”.

Así, Júpiter llega para tomarnos de la mano por trece meses mientras cruzamos aguas profundas… y se viste de Chamán (Escorpión) para ayudarnos a encontrar en nosotras mismas a la gran maestra, al camino con corazón: la verdad de nuestra pasión, el sendero que nos sanará y la completud de nuestra alma. ¡Celebremos! Un gran año de poder está aquí.

Si nos hemos permitido navegar nuestras aguas: emociones, sentires, pensamientos, la esencia de nuestra humanidad… es posible que el ingreso de Júpiter en Escorpión se haya dejado sentir como una flama que se expande en el corazón. Y es posible que ahora, te sientas lista para seguir tu sendero de sanación con ecuanimidad y maestría, sin drama. Pero también es posible, que permitirnos la intensidad del arquetipo nos conduzca a mirar de frente (a través de sueños y memorias en el cuerpo) eso que no habíamos querido mirar… eso que habíamos dejado en el secreto, en el olvido…

El arquetipo de Escorpión ha sido uno de los más mitificados, como está íntimamente relacionado con el escorpión como animal ha sido presentado como símbolo de venenos, traiciones, sufrimiento. Sin embargo, aquí y ahora estamos listas para ver la gran oportunidad que el Escorpión nos presenta, porque aunque es cierto que el veneno puede llegar a matar… también es cierto, que el veneno puede convertirse en medicina, y el sufrimiento en oportunidad de gran sanación y verdad.

Pregúntate ¿qué área de tu vida se abrió? ¿qué área de tu vida te está llamando a la expansión e inclusión? ¿tus relaciones, la comunicación, las redes de vida que te sostienen, tu percepción, tu fertilidad, la oportunidad de abrazar una octava más alta de tu evolución?

Con Júpiter en Escorpión una parte de nuestra vida se quiere llenar de vida, y otra parte está muriendo… agonizando. Por un lado estamos haciendo contratos de belleza, y por el otro, soñando nuestros peores miedos. Este tránsito de un año, nos llama a sanar a través de esa área de nuestra vida que intuye expansión: es esa área de nuestra vida nuestro portal de evolución de estos próximos trece meses. Y al mismo tiempo, nos pide incluir lo que hasta ahora habíamos excluido del corazón.

La búsqueda sagrada de Júpiter es LA VERDAD, y en Escorpión encontrará la verdad a través de lo que ha sido un secreto, lo que no ha sido dicho, lo que no ha sido sentido. Somos llamadas a encontrar la verdad en lo que hemos conocido como sufrimiento (la mentira es el sufrimiento y la verdad es la alegría, el gozo de vida); si lo que hemos conocido es la traición, el llamado será a encontrar la verdad en la lealtad y verdadera conexión; si lo que hemos conocido hasta ahora es el condicionamiento, el llamado será a encontrar la verdad en la libertad total y el amor incondicional. Si hasta ahora hemos conocido la ausencia, el llamado será a encontrar la verdad en la presencia. Si hemos conocido la peor cara de la muerte, somos llamadas a encontrar la belleza en ella. 

Júpiter siempre está en una cruzada por la sabiduría y la inteligencia divinas, si hasta ahora no las hemos encontrado, tendremos la oportunidad de hacerlo. Sólo nos resta unirnos a esta cruzada por la verdad: siendo guiadas y siendo guías.

 

Poder personal y voluntad de vida: el fuego nuevo

Marte y Plutón son los regentes del arquetipo de Escorpión, lo que significa que para transitar estos trece meses que vienen con maestría, necesitamos reconocer dónde está nuestra voluntad y nuestro poder personal. Toca hacer trabajo con nuestra energía masculina para ponerla al servicio de lo femenino sagrado que ya hemos cultivado.

Escorpión -femenino- nos permite ensoñar, ensoñar profundo. Y Júpiter nos pedirá expandir nuestro sagrado masculino a favor de esta ensoñación, a favor de la sanación.

En este sentido necesitamos nadar aguas profundas para encontrar el latido más primal en nosotras: el latido de la Madre Tierra, de la Abuela Luna y del corazón del Universo, para sembrar en la tierra lo que ella necesita, lo que necesitamos, para que de nuestra voluntad emerja el loto que corona el pantano, que se ilumina como esperanza y amor, donde parecía que sólo había desesperanza y desamor.

Las trece lunaciones que están por venir nos llaman a indagar en el misterio para encontrar ahí en las cenizas vivas, la memoria que habíamos perdido.

Cada un@ de nosotr@s estamos siendo llamados por un chamán o chamana intern@ a recordar que somos también guardian@s del fuego. Y como en una gran ceremonia, venir desde nuestros lugares para devolver a la hoguera las cenizas que guardamos en el corazón, con su latido ancestral. Tod@s vamos a hacer un recorrido sagrado, y al cabo de estos trece meses nos vamos a reunir alrededor de la casa del Abuelo para dejar nuestra parte de las cenizas que nos tocó recuperar. Y junt@s vamos a encender el fuego nuevo de Júpiter en Sagitario, en noviembre de 2018.

¿Cuál es la verdad que quieres descubrir acerca de ti y de tus venenos? ¿Cuál es la verdad desde el amor infinito que quieres revelar a través de tu experiencia humana? … Cuando nos reunamos en la casa del Abuelo, ¿Qué verdad quieres contar a tod@s: que los seres humanos podemos ser herman@s? ¿Que es posible tener una maravillosa relación de pareja? ¿Que lograste sanar situaciones de traición pasadas, logrando confiar y estableciendo vínculos de tranquilidad y vitalidad? ¿Que la enfermedad es una ilusión y lograste tomar la vida en su totalidad? ¿Que la pobreza es una ilusión y que lograste abrazar tu prosperidad y compartirla en amor? ¿Que lograste mirar la belleza de la muerte y tomarla como aliada para abrazar la abundancia de vida? 

 

 

La Muerte Elegida, la Muerte como Aliada

Este 17-18 de noviembre aconteció la Luna Nueva en el arquetipo de Escorpión. Sol y Luna se unen en el firmamento para dar inicio a un nuevo ciclo interno y externo. El encuentro del Sol y la Luna es el inicio verdadero del mes o de un ciclo de aprox. 29 días. Este mes, se abre un ciclo interno -del corazón y del alma- en el arquetipo de Escorpión y por otro lado, el Sol abre en el arquetipo de Sagitario (el 21 de noviembre) abre un ciclo externo; esto nos dice que nuestra vivencia y agenda externas nos llamarán a experiencias de búsqueda de verdad, inspiración y esperanza. Mientras que, nuestro espacio más profundo estará abiertamente clamando su trabajo sagrado con el ciclo mayor que Júpiter abrió en Escorpión hace un mes, el10 de octubre.

La Luna representa el camino que nuestra alma ha hecho a lo largo de muchas de vidas, los aprendizajes que ha tenido y la memoria que necesita tener presente para evolucionar. La Abuela Luna es el puente entre pasado, presente y futuro, es nuestro primer contacto con la sabiduría del Universo. En este ciclo que abre en Escorpión, la Abuela nos da la oportunidad de rememorar nuestro camino de sanación: ¿qué veneno se convirtió en el antídoto que nos ayudó a sanar? ¿cuáles han sido los inframundos por los cuales hemos tenido que pasar? ¿qué experiencias límite nos han iniciado? ¿cuáles son nuestras más terribles pesadillas? ¿cómo podemos aprovechar todo esto para morir conscientemente y renacer?

 


Escorpión tiene que ver con la muerte, con el sondeo profundo de aguas pantanosas, con rendirnos ante la fuerza de la sombra que no hemos querido mirar… para encontrar en los últimos latidos del corazón, la belleza del renacimiento.


Toda muerte en nuestra vida es una oportunidad para RENACER. Cuando morimos a un empleo, cuando alguien amado fallece, cuando alguien nos “causa” decepción y una parte de nuestra confianza muere, cuando un proyecto creativo se desvanece, cuando nos enfrentamos a toda situación que nos vincule con la muerte (infertilidad, pérdida, bloqueos) en realidad la muerte nos está pidiendo mirar en ella a una aliadadiciéndonos que no puede haber sentido de vida si antes no existe consciencia de muerte.

Y es aquí, cuando sentimos el llamado a tomar nuestra antorcha en mano para comenzar a avanzar e iluminar en lo cavernoso del camino de un año que nos ofrece Júpiter en Escorpión. Y por supuesto, ya vamos preparadas para reconocer de qué trata esta integración y sanación, tenemos pistas: los sueños que se nos han presentado en los últimos días (sueños de muerte, asesinatos, sangre, dolor) y que nos van contando qué parte de nosotras tiene que morirlos enojos que acontecen entre nuestras relaciones y nos dan señal del lugar entre ellos y nosotras donde todavía hay mucho dolor por sanar, las peticiones que nos van haciendo para tomar lugares que no nos corresponden, la herida que se abre un poco para dejarnos ver que todavía no estaba sanada. Todo esto es la manifestación de Júpiter en Escorpión en nuestras vidas.

Así que navegar y sentir nuestras aguas profundas nos implica desnudarnos cada vez más en nuestro inconsciente, para aprender a vincularnos con la cara más fundamental de la vida, que es la muerte. Una muerte que siempre está presente, que se manifiesta cuando requerimos soltar, cuando despedimos algo o a alguien, en la partida de cada mes, de cada estación, en la fase menguante y negra de la luna, en la noche… en nuestro cuerpo, cuando soltamos el aire que respiramos. Nos toca mirar, que no hay vida que no pueda ser gozada si no tomamos consciencia de la muerte.

Así que durante los próximos meses tenemos la gran oportunidad de mirar todas las muertes que hemos tenido, las veces que nosotras mismas nos hemos muerto con alguien o a través de alguna experiencia: las muertes de nuestra identidad, las numerosas veces que hemos experimentado un acercamiento con la muerte… y que hemos aprendido entonces, a valorar genuinamente la vida. Todo esto nos abre memorias en el cuerpo. Y lo mejor que podemos hacer ante estas memorias es NO huir, confrontar… estar para sentir y colocar las piezas en su lugar… incluir, lo excluido. Soltar lo que murió.

Si elegimos mirar nuestras muertes y permitir que las partes que ya no están al servicio mueran, morirán también los miedos que cargamos: el temor a la grandeza, el miedo a mostrar nuestros dones, el miedo a que todo sea una bendición, el miedo que bloquea el merecimiento. Elegir tomar a la muerte como aliada nos coloca en un lugar privilegiado con respecto a la vida, porque si pensamos que cualquier momento puede ser nuestro momento de partir… entonces, comenzamos a respetar esta vida y a tomar consciencia de nuestras decisiones.

Este ciclo poderoso que recién comenzamos, nos asiste para aprender a morir conscientemente, soltando sin miedo las partes de nosotras que han cumplido un ciclo y que ya no sirven más al propósito del corazón y de la nueva vida que anhelamos tener.

Los retos que se nos presentan tienen que ver con el temor a lo desconocido, eso que nos han dicho que pertenece a “nuestro lado oscuro” pero que en realidad, es parte de nuestra esencia y de un poder no reclamado que se devuelve en contra de nosotras como un veneno, pero que tiene todo el potencial de medicina.


Cuando nos aferramos a lo viejo por temor a lo desconocido, muchas veces elegimos quedarnos con lo conocido aunque nos lastime, aunque la vitalidad se nos vaya infectando, aunque nos estemos traicionando a nosotras mismas. Cuando nos aferramos a la vida que ya no quiere vivir, el costo es elevado… porque aunque parece que “no estamos eligiendo” en realidad, sí estamos eligiendo quedarnos en relaciones, trabajos y situaciones que claramente ya murieron, nos forzamos a rumiar un cadáver que está por corromperse.


Elegir morir es un gran acto de valentía, elegir soltar es lo que nos conduce al renacimiento… nos da la oportunidad de abrir espacio, de hacer lugar para la nueva vida que quiere brotar, para el fuego nuevo. Cuando soltamos a tiempo la dignidad de todas las partes queda intacta, pero cuando elegimos aferrarnos, cuando elegimos la cobardía de esperar a que el otro “lo haga” por nosotras, nuestra dignidad y amor propio se lastima. Y al no soltar, elegimos continuar vinculadas a ese alguien o algo, desde el desamor, la desdicha y el resentimiento.

Todo lo que hemos percibido en el último mes (octubre-noviembre) nos da pista de las partes de nosotras que necesitan morir para que lo nuevo florezca. Todo resulta muy simbólico, nada es literal. Así, una pesadilla donde soñamos que nuestra casa se destruía no quiere decir necesariamente que eso sucederá, la metáfora nos puede conducir a mirar que una parte crucial de nosotras necesita morir o que está muriendo. Un sueño terrible donde alguien nos asesina en el trabajo, nos puede invitar a mirar qué parte de nosotras necesita morir en esa área de nuestra vida. Si episodios del pasado o personas del pasado vuelven a nuestros sueños en forma de terribles amenazas o desatando temores profundos, valdría la oportunidad mirar si necesitamos incluir  a esa persona o ese episodio en amor consciente, para que dejen de tomar parte del saco del dolor, y se vuelvan una fuerza de vida. 

Morir es la gran iniciación. Es la antesala de la sanación.

 

 

El veneno en medicina: mirar lo que hemos excluido del corazón.

La vitalidad humana, la fuerza y sentido de la experiencia humana NO está hecha solamente de puntadas felices e hilos de luz… hay algo mágico en el tejido humano, algo que lo hace fascinante, y que se relaciona con el tejido de luz y sombra. Somos luz y somos sombra. Somos cuerpo y también, energía.

Nuestr@s ancestr@s que estaban conectados con los ciclos de la Tierra y del Universo, sabían perfectamente que había algunas enseñanzas que provenían del día y su brillo, y había otras enseñanzas que venían de la noche y las estrellas. Reconocían que había momentos para celebrar la luz y ser con la luz, pero también existía otro momento de la rueda en donde celebrar la noche y la muerte era sumamente necesario para continuar en equilibrio.

En algún punto de nuestra “evolución” decidimos hacernos adict@s a la luz, al día, a la luz artificial, al ruido, al movimiento continuo. Así, olvidamos y dejamos de conectar con el poder del vacío, de la sombra, del silencio, de la luna, de la noche.  Y esa noche se nos volvió pesadilla.

Los ciclos de luz y de oscuridad son naturales. Diariamente lo podemos mirar y percibir: día y noche. También lo miramos en las estaciones. En nuestra vida siempre hay un tiempo para ensoñar y otro para acechar… una temporada de luz y otra de oscuridad. Nada de esto nos era ajeno hasta que compramos la idea de “progreso” y permanecer aferrad@s a la luz y el movimiento.

Todo lo que excluimos en nuestra vida se nos presenta como pesadilla, para reclamarnos su espacio.  

Esto también es posible mirarlo en nuestra vida personal e íntima. Todo eso que hemos hecho a un lado y no hemos querido mirar, porque hacerlo nos confronta con el dolor… puede estar volviendo ahora a nuestra vida en forma de pesadillas y sensaciones en el cuerpo físico: situaciones de intenso dolor o angustia, muertes, duelos no hechos, depresiones, creencias de pobreza y carencia, secretos personales o familiares, personas que excluimos.

Júpiter en Escorpión nos deja mirar en las aguas profundas del corazón, y ahí podremos encontrar a nuestros excluidos… personas o situaciones que desterramos de nuestra vida porque nos provocaban dolor, miedo, angustia o enojo, pero que necesitamos integrar desde un nuevo lugar, para poder sanar y convertir todo el veneno, en amor y medicina.

Y por integrar, no significa darles la bienvenida física de nuevo. Integrar es algo que sucede en la intimidad de quiénes somos… en nuestra psique, en nuestra mente y corazón. ¿Cómo integramos? Agradeciendo todos los aprendizajes. Honrando esa parte oscura de nuestra historia. Reconociendo quiénes han sido los “carontes” que nos han ayudado a cruzar nuestros ríos de muerte, duelo, pérdida. Mirando qué situaciones dolorosas y personas nos llevaron a contactar con la noche oscura del alma, y qué venenos se nos revelaron. 

Integrar en el corazón lo excluido nos devuelve a la salud. Nos da medicina. Es la medicina.

Mirar, agradecer, darle sentido y lugar en nuestra historia sagrada personal a todo eso que hemos excluido (que no queremos nombrar ya, que preferimos “olvidar”) y a todas esas personas con quienes tejimos historias dolorosas, nos permite convertir en antídoto eso que nos aconteció como veneno, como aguijón.

No significa que volveremos a tejer lazos de amistad y amor con ell@s; no tenemos por qué hacerlo. Pero si ese alguien o eso excluido se nos muestra constantemente en sueños, reclamando un lugar en lo visible…  es porque nos está llamando a hacer un amoroso proceso alquímico en lo profundo de nuestro corazón. ¿Para qué? Para ser completas. Para volver al equilibrio de la sabiduría de luz y la sabiduría de la oscuridad. Para volver a encontrar la bondad de la oscuridad que por ejemplo, podemos percibir en el vientre oscuro de la Madre Tierra en el cual una semilla puede ser sembrada y crecer silente.

Este ciclo de Júpiter en Escorpión lo podemos transitar en amor y confianza. Aquí podemos darnos cuenta que el drama ya no es necesario, ni el caos, ni el sufrimiento. Si nos entregamos a las oportunidades de mirar, sanar, incluir, el camino puede ser leve, en amor y expansión.

Estamos juntas en este sendero, aunque parezca que estás sola, somos muchas contigo.

 

La Mujer Lunar 

www.mujerlunar.com 

 

Esta entrada tiene 8 comentarios

  1. Anais

    Ha sido un viaje intenso, he navegado las profundidades de mis aguas, me rendi a la muerte, agradeci a mis carontes y ahora es tiempo de ascender a la luz, a la grandeza, a reconciliarme con la vida, con mis seres queridos desde otro lugar, abrirme al amor y al servicio desde la intuición, desde mi corazón.
    Gracias Karina por acompañarme desde La Mujer Lunar a recorrer este sendero, el sendero de mis ancestras y ancestras, el sendero de la iniciación para reencontrarme con esa fuerza, con ese poder ancestral que habita en cada una de nosotras, que habita en cada una de las mujeres, nuestro sagrado femenino. Ahoo hermana.

  2. Paola Moyano

    Que hermoso tal cual las sensaciones vividas,hace unas semanas atrás soñé con vivirás, escorpiones,hasta arañas pesadillas, evidentemente haciéndome notar mi traición a mi misma mis propios miedos por no lanzarme con mis propios emprendimientos la semana pasada comencé a trabajar y volví a lo viejo,muchas situaciones que me hacen ver que no debo estar ahí,así que voy amarme más y soltar lo viejo y lanzarme de cabeza a lo nuevo.Muchas Gracias!!?

  3. Seluna

    Agradezco infinitamente estas palabras, ellas son el principio de medicina, tengo un tiempo queriendo sanar mi relación con mi Madre y mi hermana mayor. Hay muchas frases rondando por mi cabeza últimamente, muchas ideas, justo me preguntaba como podía sanar estas relaciones

  4. sonia nor

    gracias por compartir tan valioso conocimiento….me gustaría de ser posible seguir instruyendome al respecto.
    desde un camino de evolucíon y sanación
    un abrazo grande de mi ser a tu ser

  5. Namaste!
    Tengo el sol y Neptuno en Escorpio, en trino con Júpiter en medio cielo y Venus en libra!
    Estoy sintiendo estos planetas muchísimo!!! Es tiempo de resignificar la transparencia, la compasión y la humildad!!!

  6. Maria Garcia

    Gracias infinitas¡¡ Lo estoy leyendo hasta hoy, pero me da tanto sentido, es muy profundo y doloroso, pero a la vez sanador y esperanzador. Con esta lectura le pongo orden y entiendo lo que me pasa. Gracias infinitas, gracias

Responder a Andrea Cancelar respuesta